Ser más joven o parecerlo es una cuestión que preocupa a más de uno
(y de una). A partir de una edad comenzamos un pulso que sabemos perdido de antemano empeñados en disimular cualquier prueba que haga evidente el paso del tiempo, ya sea en forma de canas, arrugas… Para ello, nos ofrecen todo tipo de productos y soluciones: cremas, tintes, tratamientos antiedad, cirugía, etc. Y los resultados… no sé, dime tú cómo lo ves pero yo sigo pensando que la diferencia entre una persona de 40 que cuida su imagen, se dedica tiempo, se echa “sus cremitas” a diario… y una que no lo hace, es precisamente esa. Que uno, se nota que se cuida y otro evidencia que presta poca atención a su «look». Sin más. Ninguno le ha restado ni sumado años a su apariencia. O la diferencia entre una mujer de 60 con la cara lisa…
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